Si alguna vez te has preguntado, ¿Cómo puedo podar la lavanda correctamente?, has llegado al lugar correcto. A lo largo de este artículo, te guiaremos en el maravilloso mundo de la poda de lavanda.
¿Por qué podar la lavanda?
Es posible que te preguntes por qué es importante podar la lavanda. Bueno, existen diversas razones por las que esta práctica es fundamental para la salud y belleza de esta planta.
Primero, la poda de la lavanda ayuda a mantener la forma de la planta. La lavanda tiene un crecimiento muy rápido, y sin una poda regular, puede llegar a crecer de manera descontrolada, perdiendo su característica forma compacta y redondeada. Este crecimiento descontrolado puede hacer que la planta se vea desordenada y poco atractiva.
Además, la poda regular también ayuda a promover una floración más abundante. Al recortar los tallos que ya han florecido, estás estimulando el crecimiento de nuevos brotes. Estos nuevos brotes serán los que darán lugar a las flores en la siguiente temporada de floración. Si no se poda la planta después de la floración, los tallos viejos pueden inhibir el crecimiento de los nuevos, lo que resultará en una floración menos abundante.
Por último, pero no menos importante, la poda ayuda a prevenir las enfermedades. Los tallos y las hojas muertas que quedan en la planta después de la floración pueden ser un caldo de cultivo para hongos y otras enfermedades. Al podar estos tallos y hojas muertas, estás ayudando a mantener la planta sana y fuerte.
Comentado esto, vamos a ver lo que necesitas para podar la lavanda de tu jardín.
Herramientas necesarias para la poda

Tijeras de podar
Las tijeras de podar son esenciales para realizar la poda de la lavanda. Estas deben ser afiladas y capaces de hacer cortes limpios sin desgarrar la planta. Un par de tijeras de podar de buena calidad garantizará que puedas realizar la poda de manera precisa y sin dañar la lavanda. Además, es importante que las tijeras sean cómodas de manejar, ya que podrías estar usándolas durante un período de tiempo prolongado.
Guantes de jardín
La lavanda es una planta con tallos y hojas bastante firmes, y aunque no es particularmente peligrosa, siempre es recomendable utilizar guantes de jardín para proteger tus manos durante la poda. Los guantes también te protegerán de las posibles espinas o bordes afilados de otras plantas que puedan estar cerca de tu lavanda.
Desinfectante para herramientas
El uso de un desinfectante para herramientas es una práctica recomendada para evitar la propagación de enfermedades entre plantas. Antes y después de la poda, limpia tus herramientas con un desinfectante. Esto asegurará que cualquier enfermedad que pudiera estar presente en la planta no se propague a otras partes de tu jardín.
Cinta de jardinería
En algunos casos, especialmente si vas a realizar una poda fuerte, puede ser útil tener a mano cinta de jardinería. Esta cinta se utiliza para proteger las heridas de la poda y prevenir infecciones o enfermedades.
Al contar con estas herramientas, estarás preparado para llevar a cabo la poda de la lavanda de manera efectiva y segura. Recuerda, una poda bien realizada es clave para mantener tus plantas saludables y hermosas.
¿Cuándo podar la lavanda?
El momento de podar la lavanda es crucial para su crecimiento saludable y su floración vigorosa. Aquí detallamos cuándo es el mejor momento para realizar las diferentes tipos de poda en la lavanda.
La primera poda
La primera poda, también conocida como poda formativa, se realiza cuando la planta es joven, generalmente en su primer o segundo año de crecimiento. Esta poda tiene como objetivo darle a la planta una forma compacta y favorecer el crecimiento de ramas fuertes y sanas. La primera poda se realiza normalmente después de la primera floración, que suele ser a finales de verano o comienzos de otoño. En esta poda se recortan los tallos florecidos y se da forma a la planta.

Poda de mantenimiento
La poda de mantenimiento es la que se realiza anualmente para mantener la forma de la lavanda y estimular la floración. Esta poda se realiza en primavera, justo antes del inicio del crecimiento activo de la planta. En la poda de mantenimiento, se recortan aproximadamente un tercio de la planta, eliminando los tallos viejos y debilitados y dejando los brotes jóvenes y vigorosos.
Poda fuerte
La poda fuerte, también conocida como poda de rejuvenecimiento, se realiza cada dos o tres años para renovar plantas viejas o descuidadas. Esta poda es más drástica que las anteriores y puede implicar el corte de hasta la mitad de la planta. La poda fuerte se realiza a finales de invierno o principios de primavera, antes del inicio del crecimiento activo de la planta. Esta poda ayuda a rejuvenecer la planta, estimulando el crecimiento de nuevos tallos y flores.
En resumen, el momento de la poda varía dependiendo del tipo de poda que se vaya a realizar. No obstante, es importante recordar que nunca se debe podar la lavanda en invierno, ya que las temperaturas frías pueden dañar los cortes de poda y perjudicar la salud de la planta.
Cómo podar la lavanda paso a paso
Basándome en mi experiencia personal, aquí te presento una guía paso a paso sobre cómo podar la lavanda. Esta tarea es mucho más sencilla de lo que puedes pensar y, de hecho, es una de mis actividades de jardinería favoritas.

Paso 1: Preparar las herramientas
Primero, preparo mis herramientas. Aseguro que mis tijeras de podar estén limpias y afiladas. También tengo a mano mis guantes de jardín y un recipiente para los residuos de poda. Al final, limpio mis herramientas con un desinfectante para evitar la propagación de enfermedades.
Paso 2: Identificar los tallos a podar
Observo mi planta de lavanda y identifico los tallos que necesito podar. Busco tallos florecidos, maderizados o que parezcan débiles o enfermos. También presto atención a cualquier tallo que esté creciendo fuera de la forma general de la planta, ya que estos son los que suelo podar para mantener la forma deseada.
Paso 3: Hacer los cortes
Ahora comienza la verdadera tarea de podar. Tomo mis tijeras de podar y comienzo a cortar los tallos que identifiqué previamente. Siempre trato de hacer cortes limpios y diagonales, justo por encima de un par de hojas o de un brote. Esto estimula el crecimiento de nuevos brotes y ayuda a mantener la planta saludable.
Paso 4: Dar forma a la planta
Una vez que he eliminado los tallos indeseados, me concentro en darle forma a la planta. La lavanda se ve mejor cuando tiene una forma redondeada, así que suelo podar cualquier tallo que sobresalga de esta forma general. Siempre trato de podar poco a poco, ya que es más fácil corregir un corte insuficiente que uno excesivo.
Paso 5: Limpieza
Cuando termino de podar, recojo todos los residuos de poda y los pongo en mi recipiente. También me aseguro de limpiar y desinfectar mis tijeras de podar para tenerlas listas para la próxima vez.
Paso 6: Cuidado posterior a la poda
Después de podar, riego la lavanda y le proporciono un poco de fertilizante para ayudarla a recuperarse del estrés de la poda.
Este es el método que sigo cada vez que poda mi lavanda. Con paciencia y un poco de práctica, pronto te convertirás en un experto en la poda de lavanda.
Video de cómo podar correctamente la lavanda
La poda de mantenimiento es la que se realiza anualmente para mantener la forma de la lavanda y estimular la floración. Esta poda se realiza en primavera, justo antes del inicio del crecimiento activo de la planta. En la poda de mantenimiento, se recortan aproximadamente un tercio de la planta, eliminando los tallos viejos y debilitados y dejando los brotes jóvenes y vigorosos.
Errores comunes al podar la lavanda
Incluso con las mejores intenciones, a veces se pueden cometer errores al podar la lavanda. Aquí te menciono algunos de los errores más comunes que se suelen cometer y cómo puedes evitarlos.
Podar en el momento incorrecto
Uno de los errores más comunes es podar en el momento incorrecto. Como mencionamos anteriormente, el momento ideal para podar la lavanda depende del tipo de poda que vayas a realizar. La poda de mantenimiento se realiza en primavera, justo antes de que la planta comience a crecer activamente. La poda después de la floración se realiza a finales del verano o comienzos del otoño. Si podas en invierno, puedes exponer los cortes de poda a las temperaturas frías, lo cual puede dañar la planta.
Podar demasiado
Otro error común es podar demasiado. La lavanda es una planta resistente que tolera bien la poda, pero si podas demasiado puede que la planta se debilite o incluso que no sobreviva. Como regla general, no debes podar más de un tercio de la planta durante la poda de mantenimiento y no más de la mitad durante la poda fuerte.
No podar lo suficiente
Al contrario, también puede ser un error no podar lo suficiente. Si no podas suficiente, la lavanda puede crecer de manera descontrolada y no producirá tantas flores. Además, si no eliminas los tallos y hojas muertas después de la floración, puedes propiciar el crecimiento de hongos y otras enfermedades.
No desinfectar las herramientas
No desinfectar las herramientas antes y después de la poda es otro error que se suele cometer. Esto puede provocar la propagación de enfermedades entre las plantas de tu jardín.
No cuidar la planta después de la poda
Finalmente, es un error no proporcionar el cuidado adecuado a la lavanda después de la poda. La poda es un estrés para la planta, por lo que es importante proporcionarle agua y fertilizante después de la poda para ayudarla a recuperarse.
Al evitar estos errores, podrás asegurarte de que tu lavanda se mantenga saludable y hermosa durante mucho tiempo.
Beneficios de una poda adecuada

Una poda adecuada ofrece numerosos beneficios para tu planta de lavanda. A continuación, te presento una lista con algunos de los beneficios más destacables:
Estimula la floración: Una poda correcta puede ayudar a estimular la floración de la lavanda. Al eliminar los tallos viejos y gastados, le das a la planta la oportunidad de dirigir sus recursos hacia el crecimiento de nuevos tallos y flores.
Mantiene la forma de la planta: La poda también te permite controlar la forma y el tamaño de la planta. Esto es especialmente importante en la lavanda, que puede crecer de manera descontrolada si no se poda regularmente.
Previene enfermedades: Eliminar los tallos enfermos o muertos durante la poda ayuda a prevenir la propagación de enfermedades. También ayuda a mantener la planta sana al mejorar la circulación de aire alrededor de la planta, lo que puede prevenir el crecimiento de hongos.
Rejuvenece la planta: En plantas más viejas, una poda fuerte puede ayudar a rejuvenecer la planta y promover el crecimiento de nuevos tallos y flores.
Optimiza el uso de los recursos: Al eliminar los tallos que no están produciendo flores, permites que la planta concentre sus recursos en los tallos y flores que sí lo están haciendo. Esto puede resultar en flores más grandes y más fragantes.